Todo aquello que comemos nos afecta de una u otra forma; pero, no a todos nos propicia los mismos resultados. Es por esta razón, que se ha de evaluar cada caso de una manera individual. Para quienes padecen de una patología específica, esto es más evidente, por lo que es perentorio procurar una atención personalizada dietista Vallecas.
Para cada caso es muy probable que existan varias soluciones, la cuestión está en decantarse por aquella que resulte más beneficiosa y menos problemática (evitar efectos secundarios). En función de esto, conviene analizar la situación que deseamos abordar; aquí, en particular, escudriñaremos lo referente a la alimentación de las personas con autismo.
Los autistas desarrollan un trastorno neurobiológico que interfiere con la forma de comunicarse y relacionarse con otros. Su conducta es compleja de entender y tiene tantas variaciones, que si bien podemos reconocer esta condición en numerosos individuos, podemos apreciar que actúan muy diferentes entre sí, aunque compartan ciertas similitudes; por ejemplo, manifiestan patrones repetitivos, se inclinan de una forma muy marcada por interese o actividades específicas y tienen restricciones muy patentes.
A pesar de los múltiples estudios realizados en torno a este trastorno, no se ha podido llegar a ninguna conclusión firme acerca de las causas que lo generan. Lo más preocupante, es que con el paso del tiempo existe una mayor proporción de autistas en la sociedad; nada más en Europa se considera que 1 de cada 150 personas lo padecen.
¿Cómo ayuda la alimentación a los autistas?
Los autistas no pueden aprovechar los nutrientes como cualquier otro individuo. En sí, presentan una deficiencia enzimática, que afecta la absorción adecuada de la proteína de la leche y del trigo. Esto los asemeja a las personas celíacas, es decir, que deben suprimir de su dieta el gluten.
Esa afección no solo queda a nivel del organismo en los autistas, sino que perjudican su conducta, por lo cual se manifiestan más hiperactivos, con dificultades para conciliar el sueño, con mayor agresividad, etc. Por suerte, son muchos los testimonios que aseguran que una dieta libre de gluten, logra incluso que mejoren su comportamiento y actitud.
Como cualquier otro tratamiento, esto no debe hacerse sin la debida orientación de un dietista. Siendo los más idóneos en este caso, aquellos expertos en la medicina natural.